Comunidad Colombiana

En medio del debate presidencial, parece que todo se vale: olvidar lo que se dijo, desconocer los logros del otro y caricaturizar las acciones del contrincante. Esto parece ser lo que les sucede al Presidente y al ex ministro Andrés Felipe Arias, quienes aseguran, entre líneas, que Mockus no tiene capacidad para garantizar la seguridad de los ciudadanos y para enfrentar a las Farc.

Esta es una buena oportunidad para exponerles, al Presidente, al ex ministro y a todos aquellos que todavía dudan de que el ex alcalde sea capaz de desarrollar una política de seguridad que enfrente con decisión a las Farc, que Antanas Mockus va a continuar con lo mejor y lo legítimo de la Política de Seguridad Democrática, que no solo avanzará sobre lo avanzado en este campo, sino que definirá y ejecutará una política nacional de seguridad urbana orientada a recuperar la seguridad y la convivencia en las ciudades que hoy se han visto deterioradas por la reactivación violenta de los grupos "emergentes", los herederos de la desmovilización de las autodefensas.

Como dice la Biblia, "por sus frutos los conoceréis", y en el caso de Antanas Mockus hay mucho que mostrar; sin embargo, me quiero referir a algunas acciones que muestran cómo a Mockus "no le tiembla la mano" cuando se trata de garantizar la vida, integridad y bienes de los ciudadanos. Durante su primer gobierno, en materia de seguridad, orientó todos los esfuerzos para reducir la violencia homicida y lo logró. En 1995 recibió una ciudad con 3.885 homicidios, es decir, con una tasa de 70 homicidios por cada 100.000 habitantes, y la entregó en diciembre de 1997 con 2.814 casos (47 homicidios por cada 100.000 habitantes). Durante este primer gobierno duplicó el presupuesto para fortalecer a la Policía, prohibió la pólvora y el número de quemados disminuyó en más de un 80 por ciento, acabó con la Policía de Tránsito, que era muy corrupta, y disminuyó los muertos en accidentes de tránsito de 1.387 a 931.

Durante el gobierno del Alcalde Enrique Peñalosa, la seguridad siguió mejorando. En este periodo (1998-2000), la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes bajó de 47 a 35, las muertes en accidentes de tránsito se redujeron a 834 y los demás delitos se redujeron en un 40 por ciento, especialmente por la recuperación del espacio público, como lo ha demostrado la investigadora María Victoria Llorente, en cuatro zonas de la ciudad.

Con el segundo gobierno de Mockus, la violencia en la ciudad siguió cayendo hasta situarse en una tasa de 23 homicidios por cada 100.000 habitantes, y las muertes en accidentes de tránsito llegaron a 630. Durante este gobierno, en el año 2001, junto con el gobierno de Andrés Pastrana, construyó el primer Batallón de Alta Montaña en la región de Sumapaz, para enfrentar a la guerrilla que por 40 años convirtió este territorio en su santuario y propuso la construcción de una estación de policía en San Juan de Sumapaz para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Además, contribuyó para la construcción de un batallón en la región de La Calera, acciones estas que blindaron la ciudad y dieron comienzo a la recuperación de la seguridad de Cundinamarca, la cual continuó el gobierno del presidente Álvaro Uribe, quien no sólo reconoció estos logros tan pronto se posesionó, sino que se comprometió a trabajar en equipo con el alcalde Mockus para continuar mejorando la seguridad de Bogotá y Cundinamarca.

Desde el año 1995, todos los generales que han pasado por la XIII Brigada, por la Policía Metropolitana, los que han sido directores del DAS y de la Fiscalía y los viceprocuradores que trabajaron con Mockus, mes a mes, en el Consejo de Seguridad, pueden dar fe de que él tiene la autoridad y el conocimiento para seguir mejorando la seguridad de los colombianos y que no le temblará la mano para aplicar la autoridad y la ley en el marco del Estado de Derecho.