También conocida como el "Corralito de piedra", conserva todo el encanto de la época colonial. Se pueden observar estrechas calles flanqueadas por hermosos portones y balcones volados.
Su entrada principal es la Puerta del Reloj, construida sobre la muralla en el siglo XIX.
En la parte de afuera de la muralla, la torre mira hacia el barrio Getsemaní y el Muelle de los Pegasos. Hacia adentro de esta, se encuentra la Plaza de los Coches, en donde tenía lugar el mercado de esclavos. La plaza está rodeada de casonas con balcones de madera y está presidida por la estatua de Pedro de Heredia.
Las calles de románticos nombres permiten ir descubriendo plazoletas, iglesias, claustros y casonas.
En materia de arquitectura religiosa, no se puede dejar de visitar la Casa del Marquéz del Premio Real, la Casa Skandia, la Casa de la Aduana, la Iglesia y el Convento de San Pedro, construida en el siglo XVII por los jesuitas y donde reposan los restos de Pedro Claver, uno de los defensores de la causa de la población negra.
Allí también se encuentran el actual edificio de la Alcaldía Mayor y el Museo de Arte Moderno donde se presentan exposiciones de artistas colombianos.
No hay que olvidar el Palacio de la Inquisición, una bella edificación con un magnífico portón de estilo barroco, donde ejerció sus funciones el Tribunal del Santo Oficio, al que llegaban casos de brujería y de hechicería.
Actualmente, es sede de un museo histórico y arqueológico. En el sector norte de la ciudad amurallada se encuentra la Plaza de Las Bóvedas, en cuyas arcadas se almacenaron municiones y pertrechos y se alojaron las tropas en los días de la Colonia .
Hoy en día, la ciudad vieja esta rodeada de muchos barrios más, como Pie de la Popa, Crespo, El bosque, El pozón, Los caracoles, Las Américas y Los corales, entre otros, donde vive la mayoría de la población.
Desde casi cualquier rincón de Cartagena se puede observar la imponente mole de piedra del Castillo de San Felipe de Barajas, construido en 1536 y calificado como la obra maestra de la ingeniería militar española en América.
Esto se constata fácilmente observando el exterior e ingresando a la red de galerías subterráneas.
En su interior se encuentra la entrada principal, la pPlaza de Armas, una garita de guardia, la residencia del castellano, la cocina, una Santa Bárbara, el tendal para el artillero, un aljibe, varias galerías subterráneas, emplazamientos de artillería y algunos almacenes de pólvora.
San Felipe de Barajas fue un fiel defensor de la ciudad que, sin embargo, cayó una vez en manos del Barón de Pointis. Las fortificaciones de San Felipe salvaron a Cartagena de numerosos asedios y le confirieron a la ciudad el carácter de inexpugnable.